El método de transporte más extendido
en París es el metro, también hay una eficiente red de autobuses
urbanos, pero el metro, con sus 215 kilómetros de líneas supone uno
de los sistemas más rápido y sencillo de utilizar para nuestros
desplazamientos por la ciudad.
El Metropolitain se inaugura el 19 de
julio de 1900 para servir a los eventos de los Juegos Olímpicos de
verano que se celebraban en el Bois de Vincennes.
Las entradas de metro Art nouveau son
un símbolo de la ciudad de París. Fueron diseñadas por el
arquitecto Hector Guimard. Las más comunes son las entradas con una
balaustrada de hierro fundido, adornado con motivos vegetales
enmarcando el cartel con la inscripción “Metropolitain” y con
dos farolillos naranjas con forma de flor. Pero éstas no son las
únicas, todavía se conservan como una auténtica rareza, algunas de
las entradas de estación que Guimard denominó tipo raquette:
un kiosko de hierro forjado y cristal en forma de V, que podemos
encontrar en Les Halles y Porte Dauphine. Para los amantes del
metro, recomiendo que visiteis ésta última estación, todavía
conserva la decoración experimental que se había escogido para el
metro: ladrillos barnizados en color crema (en el resto de las
estaciones no tardarían en ser sustituídos por los azulejos blancos
biselados).
A apartir de los años 20 la palabra
“Metropolitain” se convierte en simplemente “Metro” y
aparecen los “totems” o señales luminosas modelo Val d'Osne. Una
farola en forma de globo de hasta 4 metros de altura (para aumentar
la visibilidad de los accesos) y un cartel luminoso con la palabra
Metro escrita en blanco sobre un fondo rojo. Este modelo va
evolucionando durante los años 30 y da como resultado una segunda
versión, conocida como modelo Dervaux, en la que las formas de
hierro forjado que rodean el cartel se simplifican notablemente.
A la izquierda totem Val d'Osne (años 20), en el centro modelo Dervaux (años 30) y a la derecha modelo Inox (años 70) |
Tras la Segunda Guerra Mundial, la
imagen del metro sigue evolucionando, simplificándose cada vez más
hasta convertirse en los años 70 en una M amarilla iluminada y
rodeada de dos círculos de acero. La señalización moderna,
generalmente mucho más discreta, a veces pasa incluso inadvertida
por los viandantes, aunque a veces también guarda sorpresas, como la
entrada de metro diseñada por el artista Jean-Michel Othoniel con motivo del centenario del metro de París, para una de las salidas de la estación Palais Royal-Musée du Louvre.
A la izquierda entrada de metro actual; a la derecha entrada de metro diseñada por Jean-Michel Othoniel, Palais Royal-Musée du Louvre |
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