lunes, 9 de julio de 2012

El pueblo toma la palabra


    La celebración del 14 de julio se acerca. La ciudad de París ya se está preparando para desfiles y festejos: la plaza de la Concorde está cortada a los peatones las gradas preparadas en los Champs Elysees. La fiesta nacional francesa, también conocida como la fiesta de la Federación, conmemora la toma de la Bastilla, momento que marca el punto de inicio oficial de la Revolución Francesa y el final del Antiguo Régimen.
     Pero la Revolución ya se estaba fraguando desde hacía tiempo. La vida de derroche que llevaba la corte en Versalles, unido a las crisis agrícolas y financieras del país, habían hecho que el Tercer Estado (así era como se llamaba a las personas que no formaban parte de la nobleza ni del clero), empezara a reclamar una mejor gestión por parte de la realeza.